ESTADOS UNIDOS.- Reducir la falta de vivienda en EE. UU. en un 25 por ciento podría salvar casi 2,000 vidas perdidas cada año por sobredosis de opioides, estima un estudio reciente. También podría salvar 850 vidas de intoxicación por alcohol y 540 de sobredosis de cocaína, estiman investigadores de la Universidad de Georgia.
Este es el primer estudio que sugiere que la falta de vivienda contribuye a las muertes por el uso de sustancias, señalaron los investigadores.
“Una de las frustraciones para las personas que estudian y recomiendan cambios en las políticas es que la falta de vivienda y la crisis de los opioides son persistentes”, señaló el investigador David Bradford, profesor de la Facultad de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Georgia.
“Nuestro estudio muestra que hay un efecto causal. La falta de vivienda está empeorando la crisis de opioides”. En el estudio, los investigadores analizaron los datos federales mantenidos sobre las personas sin hogar entre 2007 y 2017, y los compararon con los certificados de defunción con sobredosis de drogas o intoxicación por alcohol como causa de muerte.
Los investigadores encontraron que incluso una pequeña disminución en la falta de vivienda podría salvar vidas. Por ejemplo, incluso una reducción del 10 por ciento en la falta de vivienda podría salvar a más de 650 personas de la muerte por sobredosis de opioides, muestran sus resultados. “Son muchas vidas”, dijo el investigador Felipe Lozano-Rojas, profesor asistente de la Facultad de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Georgia.
“Las muertes por opioides solían ser un evento raro, pero se ha vuelto cada vez más frecuente”. Los desalojos se han disparado en los últimos años, con el levantamiento de la moratoria de desalojos tras el fin de la pandemia, dijeron los investigadores. Casi 200.000 personas más se quedaron sin hogar en 2023 que en 2017, según muestran los datos federales.
“El aumento en la falta de vivienda que hemos visto desde la COVID-19 es probablemente un factor significativo en el aumento en las muertes relacionadas con los opioides que hemos visto desde que comenzó la COVID”, señaló Bradford en un comunicado de prensa de la universidad.
“Si se quiere avanzar en la lucha contra la epidemia de opioides, abordar la falta de vivienda es una vía para hacerlo”. Otros estudios sugieren que lidiar con la vivienda de una persona antes de abordar cualquier problema de adicción podría beneficiar mejor la respuesta de Estados Unidos a la epidemia de opioides, señalaron los investigadores. Pero prohibir los desalojos no es la única solución, ya que los propietarios necesitan que se les pague para tener un incentivo para que las viviendas estén disponibles, dijeron los investigadores.
Algo tan simple como evitar que los desalojos ocurran a través de un tribunal de reclamos menores puede ayudar a mantener a las personas con una vivienda adecuada, dijeron los investigadores. Otra táctica podría implicar prohibir las represalias de los propietarios cuando los inquilinos denuncian violaciones de la ley de vivienda. “Nos tomó décadas meternos en este problema, y nos llevará décadas salir de él”, dijo Bradford.
“Lo que espero que la gente pueda sacar de estudios como el nuestro es que necesitamos políticas pragmáticas que no sean puritanas ni críticas”. “Necesitamos invertir en estas personas que necesitan ayuda”, agregó Bradford. “Si les das una oportunidad, te sorprenderán y les irá bien”.