Redacción Internacional.- El régimen cubano comenzó a restringir a partir de este martes la venta de combustible en las estaciones de servicio, lo que amenaza con debilitar aún más la empobrecida economía de la isla que peligra debido a los apagones diarios, una persistente inflación y la peor cosecha de azúcar en más de un siglo.
En una publicación de Facebook, la dictadura de Miguel Díaz-Canel indicó que limitaría la venta de diésel a 100 litros por vehículo y la venta de gasolina, a 40 litros por vehículo.
También “se evaluará la venta de combustible según el tipo de vehículo, con límites de litros establecidos para cada categoría, aunque no se especifican cuáles serán las cuotas asignadas a cada cliente según su medio de transporte”.
El régimen de La Habana ha intentado eludir en reiteradas oportunidades la culpa de la escasez, que ha dado lugar a largas filas para surtir combustible y una creciente frustración de la población que lucha a diario contra el hambre, las fallas en los servicios públicos y la inflación.
La semana pasada, Miguel Díaz-Canel trató de justificar su ineficiencia diciendo que los proveedores internacionales no han podido cumplir los compromisos de suministro de gasolina porque “han estado también en una situación energética compleja”.
Aunque no mencionó ningún proveedor específico, Venezuela es el principal abastecedor de combustible de Cuba, junto con Rusia.
En los últimos días, la empresa estatal Unión Eléctrica informó de afectaciones por encima del 15%. Son cifras aún lejos de los niveles del año pasado, cuando llegaron a superar el 50% en varias zonas del país con apagones de más de 10 horas.
Sin embargo, están muy por encima de lo registrado a finales de 2022 y en el primer mes de 2023.