PARÍS.- Las protestas y huelgas contra las impopulares reformas de las pensiones comenzaron nuevamente el martes en Francia, con la seguridad policial aumentando contra la violencia temida y las advertencias del gobierno de que los manifestantes radicales tienen la intención de “destruir, herir y matar”.
Los temores de que la violencia pudiera estropear las manifestaciones provocaron lo que el ministro del Interior, Gérald Darmanin, describió como un despliegue sin precedentes de 13.000 agentes, casi la mitad de ellos concentrados en la capital francesa.
Las protestas comenzaron pacíficamente el martes por la mañana, con grandes multitudes en varias ciudades. En París, los trabajadores ferroviarios en huelga con bengalas y banderas invadieron y bloquearon las vías del tren que da servicio a una de las principales estaciones de la capital, Gare de Lyon.
La policía se preparó para la violencia más tarde ese día. El ministro del Interior dijo que más de 1.000 alborotadores "radicales", algunos del extranjero, podrían participar en las marchas previstas en París y otros lugares.