Redacción Internacional.- Vladimir Putin tenía previsto viajar el lunes a Bielorrusia para reunirse con el líder autoritario del país, Alexander Lukashenko, que permitió a las fuerzas rusas utilizar territorio bielorruso para invadir Ucrania y tiene estrechos lazos defensivos con Moscú.
Los analistas señalaron que el Kremlin podría buscar de nuevo algo de apoyo militar para sus operaciones en Ucrania. Pero el invierno y los recursos mermados de Rusia implican que probablemente no haya un gran ataque inminente, según el Institute for the Study of War, con sede en Washington.
“La capacidad del ejército ruso, incluso reforzado por elementos de las fuerzas armadas bielorrusas, de preparar y ejecutar ofensivas mecanizadas de gran escala en los próximos meses sigue siendo cuestionable”, indicó el centro de estudios en un análisis publicado el domingo.
El instituto también concluyó que “es improbable que Lukashenko comprometa al ejército bielorruso -que también tendría que ser reequipado- en la invasión de Ucrania”.
Bielorrusia, uno de los aliados más estrechos de Rusia, permitió que su territorio se utilizara como plataforma de lanzamiento para la invasión de Ucrania por Moscú el 24 de febrero, pero no se ha unido directamente a los combates. Lukashenko ha dicho en repetidas ocasiones que no tiene intención de enviar tropas de su país a Ucrania.