Teherán.- La muerte de Mahsa Amini ha logrado galvanizar a miles de iraníes a través del dolor y la empatía con protestas por todo Irán, a diferencia de otras ocasiones en las que las manifestaciones se redujeron a fragmentados grupos sociales movilizados por la economía.
Las protestas comenzaron tímidamente el viernes 16 de septiembre tras conocerse la muerte de Mahsa Amini, que había sido detenida tres días antes por la llamada Policía de la moral por llevar mal el velo. La indignación se fue extendiendo con manifestaciones cada vez más grandes, en más puntos del país y más violentas. La televisión estatal iraní ha elevado a 35 los muertos en las protestas.
En el país persa las protestas no son algo nuevo: en 2019 muchos iraníes se echaron a las calles por el aumento del precio de los combustibles, y en 2020 y 2021 las sequías provocaron manifestaciones. EFE