El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, condenó hoy enérgicamente los disturbios habidos contra la cumbre del G20 y advirtió de que no se puede dejar en mano de “algunos pocos brutales delincuentes violentos” la decisión sobre lo que puede o no celebrarse en Alemania.
“Si un país democráticamente consolidado como Alemania ya no es capaz de convocar a invitados internacionales (…), entonces no sólo peligra una única conferencia, sino que en esencia dejamos en manos de unos pocos delincuentes violentos y brutales como los que hemos visto aquí en Hamburgo la decisión y elección de lo que puede celebrarse o no en Alemania”, dijo.
Steinmeier, el primer político de alto rango en hacer acto de presencia en la zona del Schanzenviertel, epicentro de los disturbios, declaró que las imágenes de lo ocurrido le han “horrorizado, conmocionado y dejado estupefacto”.
“Semejante nivel de violencia” en unas manifestaciones, en las que los antisistema han actuado “con desmesurada rabia destructora” contra policías, pero también contra la propiedad privada de los ciudadanos, “no se ha visto en Alemania en los últimos años”, dijo.
Steinmeier dio las gracias a la policía por enfrentarse a esta violencia “durante día” y “en las condiciones más difíciles.
Las fuerzas de seguridad, agregó, merecen todo el reconocimiento, no sólo por haber hecho su trabajo con el fin de garantizar la seguridad en la ciudad, sino por “proteger, y esto no se debe desmerecer, el derecho a la libertad de reunión”, que “muchos querían ejercer de manera pacífica”, subrayó.
Por otra parte, el presidente señaló que grandes cumbres como la de Hamburgo “quizás no logran siempre o necesario”, pero, añadió que “de qué otra manera que a través del diálogo entre los que tienen poder de decisión es que puede haber avances”.
También el alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz, que visitó junto al presidente la zona del Schanzenviertel, agradeció el “gran papel” de las fuerzas de seguridad y rechazó enérgicamente cualquier crítica.
“Lo hicieron todo bien y llevaron a cabo una misión heroica”, dijo, al tiempo que subrayó que lo ocurrido en Hamburgo “es imperdonable” e “injustificable”.
En tanto, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, señaló en una columna que publica hoy la edición dominical del “Bild” que los violentos que han actuado en Hamburgo “no se diferencian para nada de los neonazis” y que “todo esto no tiene nada que ver con ‘razones de la izquierda’”.
Lamentó que la imagen internacional de Alemania se vaya a ver “gravemente afectada” por lo ocurrido en Hamburgo, pero aseguró que se trata de una “imagen distorsionada”, porque la gran mayoría de ciudadanos alemanes defiende la paz y la democracia.
“El que defiende un mundo pacífico no puede tramar en su propio país situaciones similares a una guerra civil contra el Estado democrático y su policía”, advirtió.
Los disturbios y protestas violentas desencadenas la noche pasada en la zona del Schanzenviertel por tercera jornada consecutiva dejaron varios agentes heridos y un número indeterminado de heridos.
Hasta ayer se habían registrado 205 agentes heridos, mientras que el número de detenidos era de 144.
EFE