El Gobierno británico anunciará la próxima semana la creación de un censo en el que podrán inscribirse los ciudadanos europeos que residan en el Reino Unido y que tengan intención de optar al permiso de residencia una vez que se consume la salida de la Unión Europea.
Con la premisa de que sea un primer paso para "registrar su interés" por regularizar su situación en el país, el Gobierno pretende de esta forma evitar que el día en que el Brexit sea una realidad se produzca una avalancha de peticiones inabarcable para las instituciones británicas.
Lo que para el Ejecutivo es una forma de estimar el número de solicitantes no es sino un motivo más de desconfianza para los alrededor de tres millones de ciudadanos europeos que se calcula que viven actualmente en Reino Unido.
El cofundador de la campaña the3million, Nicolas Hatton, ya ha cargado contra la posición del Gobierno de utilizar a los europeos como una simple "moneda de cambio" en las negociaciones con la Unión Europea después de que Theresa May se haya negado a explicar cuáles son los planes del Ejecutivo respecto a este tema una vez que llegue 2019, el año en el que, en un principio, el país abandonaría la comunidad.
"Si este proceso de registro no va a darles la residencia entonces no van a inscribirse. La gente va a ser escéptica y va a pensar que se va a utilizar para frustrar sus aplicaciones", explicó Hatton. "No es que no quieran hacerlo sino que lo van a ver como algo inútil".
De hecho, según publican los medios británicos, este censo no tendrá ninguna relación con el polémico proceso actual de solicitud de residencia permanente en el que el solicitante tiene que presentar una enorme cantidad de documentos que acrediten su derecho a permanecer en el país. A pesar de que todavía no existe ninguna norma legal que obligue a los europeos a pedir el permiso de residencia, ciertas actuaciones del Gobierno como las cartas que enviaron a algunos extranjeros instándoles a que se fueran del país han hecho que muchos estén intentando obtener ya el permiso.
Una de las víctimas de estas trabas para conseguir la ciudadanía, Monique Hawkins, ahora ya con la doble nacionalidad británica y holandesa después de que su caso saltase a los medios de comunicación, ha asegurado que "la gente ya no cree en el Gobierno británico". "El estado de ánimo entre los europeos ha cambiado, lo puedes ver en los foros de Facebook, donde antes se leía 'Espero que nos dejen quedarnos' ahora se dice 'Lo creeré cuando lo vea'. Han hecho mucho daño a la gente durante el último año y ahora existe desconfianza hacia el Ministerio del Interior", explicó la también colaboradora del grupo the3million, que ha estimado el tiempo que tardaría el Gobierno en procesar todas las solicitudes de asilo de los europeos en 47 años.