La italiana Gloria Trevisan, de 26 años, decidió llamar por última vez a su familia cuando se vio atrapada en el incendio de la Torre Grenfell de Londres el pasado miércoles en el que perdieron la vida más de una decena de personas, otras veinte resultaron heridas y 58 fueron reportadas como desaparecidas.
“Mamá, me estoy muriendo; gracias por todo lo que has hecho por mí”, fueron las últimas palabras de la joven a sus padres, según refrió la abogada de la familia Cristina Sandrin, citada por el diario La Vanguardia.
La joven y su prometido Marco Gottardi, de 27 años, se habían trasladado a Londres hacía tres meses por trabajo. Ambos eran arquitectos, que según la madre de Gloria, se vieron obligados a emigrar porque no encontraban trabajo en su país.
“De aquí no podemos salir, estamos bloqueados. Me duele mucho el no poder abrazarlos nunca más. Tenía toda la vida por delante. No es justo. No quiero morir. Yo quería ayudarlos. Les doy las gracias por lo que han hecho por mí. Mamá, me doy cuenta que estoy muriendo. Iré al cielo. Los ayudaré desde allí”, dijo Gloria a las 4.07 de la madrugada, momento en el que se cortó la conexión.
La abogada confiesa haber llorado mientras escuchaba la grabación, ya que era “muy explícita y la joven contaba paso a paso lo que iba sucediendo”.
A medida que avanza la investigación sobre los hechos, los padres de Gloria solo desean “que se encuentren los restos mortales de su hija y de su novio para darles sepultura y un digno adiós”, destaca la publicación.
“Después de lograr la licenciatura con 110, en Veneto le proponían trabajar por 300 euros al mes. Pero Gloria no quería ser una carga para nosotros y decidió marcharse al extranjero con Marco. (…) Londres le supo ofrecer lo que merecía por sus capacidades”, contó la madre de la víctima.