Redacción.-Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad con el fin de concienciar a la población sobre una alimentación saludable, informar sobre los riesgos del peso excesivo y evitar el estigma hacia las personas que no presentan un normopeso. En esta fecha, se hace especial incidencia en que la obesidad es una condición multifactorial que requiere apoyo psicológico, médico y nutricional a partes iguales.
Diferencias entre obesidad y sobrepeso
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Desde el año 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo, lo que le ha otorgado a esta condición un estatus de epidemia por parte de muchas organizaciones. Además, se ha demostrado que un peso demasiado excesivo se asocia a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, problemas de presión arterial, diabetes, desbalances hormonales, cáncer y más.
En el caso de los adultos, los puntos de corte para el diagnóstico se establecen tal y como se indica a continuación:
- Sobrepeso: índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 25.
- Obesidad: IMC igual o superior a 30.
El IMC corresponde a la división del peso y la altura al cuadrado. Una vez se recibe este dato, habrá que considerar a qué se debe el peso elevado más allá de la cifra en sí. La báscula solo nos indica un número donde no se está proporcionando la información suficiente para valorar si ese peso corresponde, realmente, a la clasificación de “sobrepeso” u “obesidad”. Por ejemplo, una persona que tuviera mucha masa muscular es posible que se categorizase según su IMC con sobrepeso, pero no cumpliría en realidad con una cantidad excesiva de masa grasa en su cuerpo.
La mejor utilidad para valorar de forma correcta un exceso de grasa en el organismo sería con una bioimpedancia, ya que nos daría datos acerca de nuestras medidas corporales, tales como la masa grasa, la masa muscular, el agua, etc. Esto pone en perspectiva la composición corporal individual más allá del peso y la altura, medidas cada vez más obsoletas.
Otra medida de clasificación importante, que incluso sería un método más fiable que el IMC, de valorar el exceso de grasa abdominal es el ICC (índice cintura/cadera). Este es un indicador indirecto que está relacionado con el riesgo de sobrepeso y enfermedades cardiovasculares, puesto que nos sitúa la grasa en la parte abdominal, rodeándose de órganos vitales que no deberían estar recubiertos de un exceso de grasa.
Otra diferencia clave entre obesidad y sobrepeso, más allá del IMC y el ICC, es que la obesidad está considerada como enfermedad o trastorno, mientras que el sobrepeso simplemente como factor de riesgo, como condición. Esta designación no viene sin controversia, pero el debate se escapa de las competencias de este espacio.