SANTO DOMINGO.- Cada 8 de septiembre nuestro país conmemora el natalicio de Gregorio Luperón, figura clave de la historia nacional y considerado el héroe máximo de la Restauración Dominicana.
Debido a la conmemoración del 186 aniversario del natalicio del general Gregorio Luperón, este lunes 8 de septiembre fue declarado “Día de Regocijo Municipal” en natal Puerto Plata. La referida declaratoria fue realizada mediante la Resolución No. 072-2025 aprobaba en una Sesión Extraordinaria por el Consejo de Regidores de la Alcaldía Municipal, para honrar al general Luperón, considerado el más ilustre de los puertoplateños.
En tal sentido, las autoridades locales del Ministerio de Educación informaron que ese día no habrá docencia, pero varios centros educativos participaron en el tradicional desfile cívico-militar conmemorativo de la fecha.
Gregorio Luperón nació en el seno de una familia modesta. Su madre, Nicolasa Luperón, trabajaba arduamente para sostener a sus hijos, y aunque no pudo ofrecerle una educación formal completa, inculcó en él los valores de responsabilidad, disciplina y respeto. Desde pequeño mostró un carácter firme, rebelde y sensible a las injusticias, cualidades que más tarde se reflejarían en su liderazgo militar y político.
En 1861, la anexión de la República Dominicana a España por decisión de Pedro Santana encendió la chispa de la resistencia en jóvenes patriotas como Luperón. El país, que apenas tenía 17 años de haber proclamado su independencia frente a Haití, veía nuevamente amenazada su soberanía.
Fue en este contexto que Luperón se unió al movimiento restaurador. Con apenas 22 años, participó en las primeras revueltas contra el poder colonial español y rápidamente destacó por su valentía y capacidad de organización. Su talento militar lo llevó a ser uno de los principales líderes de la Guerra de la Restauración (1863-1865), librada desde el Grito de Capotillo hasta la derrota definitiva de las tropas españolas.
En batallas cruciales como la de Santiago y otras escaramuzas en el Cibao, Luperón demostró una extraordinaria habilidad estratégica, convirtiéndose en símbolo del nacionalismo dominicano.
Tras la victoria restauradora, Gregorio Luperón se consolidó como una figura política de gran influencia. Se caracterizó por su firme oposición a cualquier intento de entregar nuevamente la soberanía del país a potencias extranjeras, ya fueran España, Francia o Estados Unidos.
Su pensamiento se inclinaba hacia el liberalismo, defendiendo la igualdad, la educación y la modernización del Estado. Luperón consideraba que el desarrollo nacional debía estar sustentado en la independencia política y económica, rechazando toda forma de neocolonialismo.
En 1879, asumió la presidencia provisional de la República tras el movimiento conocido como el “Pronunciamiento de Puerto Plata”, iniciando el llamado “Gobierno de los Azules”, que buscaba modernizar las instituciones y afianzar la democracia. Aunque su mandato fue breve, dejó sembradas ideas progresistas que marcarían la política nacional en las décadas siguientes.
Luperón, símbolo de la soberanía
Lo que distingue a Gregorio Luperón de muchos otros líderes de su tiempo fue su inquebrantable defensa de la soberanía nacional. Nunca dudó en enfrentarse a las élites conservadoras que favorecían pactos con potencias extranjeras. Creía firmemente que el país debía sostenerse con sus propios recursos y que la independencia no podía negociarse.
Por esta razón, su figura ha sido reconocida como un faro de resistencia y dignidad. Mientras otros líderes cedían ante la presión extranjera, Luperón se mantuvo firme en su convicción de que la República Dominicana tenía derecho a existir como nación libre y soberana.
Gregorio Luperón falleció en Puerto Plata el 20 de mayo de 1897, a los 58 años. Sin embargo, su legado sigue vivo en la memoria colectiva del pueblo dominicano.
El mensaje de Luperón sigue claro y vigente:
"República Dominicana debe ser siempre dueña de su destino."